Nunca seré una mujer elegante. Conozco a algunas. No soy yo. Para ser elegante hace falta un rigor del que carezco totalmente, hace falta que te importe más la imagen de conjunto que el deseo de ponerte algo en particular. Y en mi caso, ya se sabe que el deseo siempre gana (es mi mayor defecto y mi mayor virtud).
© 2025 Milena Busquets Tusquets
Substack es el hogar de la gran cultura