Los micro romances callejeros (interacciones agradables, minúsculas y puntuales que uno tiene con desconocidos o desconocidas fuera de casa) están en peligro de extinción. Es un problema.
El otro día iba caminando tan tranquila por la calle, pensando en mis cosas, mirando a los árboles, al cielo, a la gente, a los otros perros y solo de forma muy esporádica a mi móvil, cuando de pronto sentí una energía negativa muy fuerte y huracanada justo detrás de mí.