Hace quince años tuve un blog. Lo empecé como he empezado casi todas las cosas que me han ido bien en esta vida, sin pensarlo demasiado, sin darle demasiadas vueltas. En teoría era un blog sobre moda, pero es difícil, al menos para mí, hablar de moda sin hablar de belleza, y es difícil hablar de belleza sin hablar de amor, y es difícil hablar de amor sin hablar del mundo entero.
En poco tiempo encontré un grupito de lectores y amigos que disfrutaban con mis textos, dejaban comentarios que yo respondía, dialogaban entre sí, discutían y añadían valor e interés a lo que yo había escrito. Así se fue creando una pequeña comunidad de amigos virtuales y reales. Me leía más gente de lo que yo creía, mi madre era fan, había mujeres y hombres, era divertido, ligero e inmediato (cuando se me ocurría algo lo escribía al momento, estoy en contra de dejar reposar las ideas, si las tienes, sácalas ya).
Y un día lo dejé, mi madre había muerto, quería escribir una novela. Se tituló “También esto pasará”. Publiqué otros libros. Aparentemente me convertí en una escritora. En realidad seguí siendo la misma que era antes de ponerme a escribir, seguí dando tumbos. De vez en cuando alguien me preguntaba por el blog. Habían pasado más de diez años.
-¡Oh! No sé -respondía yo-. Tal vez algún día volverá.
Y pensaba con un poco de nostalgia en aquella época en la que escribía con una sensación de libertad absoluta, sin importarme las consecuencias, impunemente, solo para dar y recibir placer, sin saber si me leerían diez o cien personas, sin que eso tuviese la menor importancia.
Pues bueno, hace unos días, me lo volvieron a preguntar -ya habían pasado casi quince años- y de pronto, sin pensar nada, sin haberlo planificado (como cuando le dices a alguien “te quiero” y es verdad), respondí:
-¡Ah, sí! Voy a volver a escribir un blog. Será divertido. Sí.
Ha pasado una semana y aquí estoy.
Mi blog se llama “También esto”. Publicaré tres textos a la semana: uno sobre libros, uno sobre amor y uno sobre ropa. Son los tres únicos temas que me interesan, los únicos que me he esforzado en entender, los que han movido y mueven mi vida. Libros, amor y ropa. A veces serán textos breves, a veces serán historias más largas. Intentaré que sean siempre inspiradores, entretenidos y honestos.
En “libros” hablaré de los libros que me gustan, pero también de escritura y de cultura en general, del mundo editorial, del ego de los escritores. Dentro de un mes publico un libro, “Ensayo general”, y me gustaría contar lo que significa un lanzamiento editorial, los meses de promoción, lo bueno, lo malo, lo cómico y lo patético.
En “ropa” hablaré de estilo, de elegancia (palabra que ya no me gusta mucho), de los objetos físicos (casi siempre para ponerse encima, pero a veces no) que me gustan, de zapatos, bolsos, perfumes, chaquetas y laca de uñas, de hombres mal vestidos que son muy elegantes y de hombres bien vestidos que no lo son, de las cosas feas que me gustan y de las cosas bonitas que no me gustan.
Y en “amor”… pues bueno… en “amor” hablaremos de lo que sea, de lo que suceda.
Si os suscribís recibiréis mis tres textos semanales, los podréis comentar y tendréis acceso a todo el archivo. En algún momento también estaría bien encontrarnos, ¿no? en persona, virtualmente o de las dos maneras, pero todavía no sé ni cómo, ni dónde, ni cuándo, lo iremos viendo sobre la marcha, ¿vale?
De momento aquí estamos, quince años más tarde.
Bienvenidos a “También esto”.
Qué conexión Milena, justo hoy he visto que han publicado en español Valentino, una novela corta de Natalia Ginzburg...y claro, cómo no pensar en tí. Sé que ella te gusta, a mí ella también pero tu me gustas más y tenerte ahora tan cerquita me hace mucha ilusión. Mil gracias
Estoy convencido que, en este caso, la segunda parte va a ser mejor que la primera. Welcome back!