Supongo que es el típico sueño de las personas a las que nos gusta la ropa. Yo lo he tenido dormida y despierta. Los únicos sueños que deberíamos tener en cuenta son los que tenemos de las dos maneras: dormidos y despiertos, en lo más profundo de nuestra alma y también en la superficie, los otros no cuentan tanto.
El sueño consiste en entrar un día en una tienda y que alguien nos diga: “Coge todo lo que quieras, sin límite, todo lo que te guste y te apetezca”.
Lo tengo desde que era pequeña. Hasta la semana pasada, se había cumplido dos o tres veces. Una vez de niña con mi abuelo, en Santa Eulalia, que entonces tenía ropa infantil. Otra vez a los diecisiete años con mi madre, en Harrods, después de la muerte en pocos meses, primero de mi padre y después de mi abuelo. Y una tercera vez con el padre de mi hijo mayor en una tienda en la que solo tenían porquerietas, pero igualmente me hizo mucha ilusión.
“Cómprate lo que quieras”: que frase tan bonita.